miércoles, 27 de abril de 2011

Salió nuevo número del Periódico El Mortero

El Mortero N° 37


Abril de 2011




EDITORIAL:


La lenta organización en el lugar de trabajo
EL VIEJO MIGUEL,
LA FÁBRICA AYER Y HOY


En ese taller de mantenimiento se respiraba libertad. Ahí manda el viejo Miguel, que con más de treinta años en la fábrica se convirtió en el laburante más emblemático para sus compañeros. Supo darle más de un dolor de cabezas a la patronal. Hoy, pegando ya la vuelta, se conforma con trasmitir sus experiencias y tratar de dar refugio para los espíritus rebeldes.
La ronda de mates a primera hora son todo un ritual. El viejo llega 5.30, calienta el agua en su pava renegrida -nada de sparkling-, vuelve a limpiar su matecito enlosado y se sienta a esperar a los mismos de siempre. Los va recibiendo uno a uno, mirándolos por encima de sus anteojos y ofreciéndoles el primero antes de sumarse a la ronda. Hasta las 6.15 -hora en la que cada uno tendrá que estar comenzando su jornada- se armaran grandes discusiones de fútbol y política, temario fijo impuesto por el viejo.
Nahuel es el más joven del grupo. A poco de entrar a la empresa se ganó un lugarcito a fuerza de algunos gestos solidarios, esos que al viejo no se le escapaban y valoraba especialmente. Era su primera experiencia fabril y lo deslumbraba aquel ambiente, que al fin y al cabo era una isla... Al principio solo escuchaba, pero con el tiempo también empezó a entrarle a los debates. Nahuel también tenía su rutina. Camino a la fábrica se detenía frente al Kiosco de la esquina y paraba a repasar las tapas de los diarios. De allí siempre sacaba algún tema de discusión.
Sin embargo estas semanas el clima fue distinto. Al viejo se lo vio callado y pensativo, hasta que reveló el motivo. Se acercaba el 24 de marzo, un nuevo aniversario del golpe del '76. A Miguel se le agolpaban los recuerdos por lo que fue, los que ya no están, y lo que nos dejaron desde entonces.
Ese día no hubo debates sino una larga reflexión en voz alta, seguida atentamente y en silencio por el resto.
Recordó la vida en la fábrica antes del 24 de marzo de 1976 y el contraste con nuestros días. No pudo evitar la nostalgia de aquellos días en que la planta triplicaba el personal, repartido en tres turnos de 8 horas. Recordaba esas asambleas multitudinarias, donde se llegaba a discutir hasta los ritmos y los topes de producción. La presencia permanente de la Comisión Interna, fomentando la participación, laburando como el que más y siempre atentos a mejorar las condiciones de vida de cada obrero.
Actualmente hay sólo dos turnos, que gracias a las horas extras obligatorias llegan a las 12hs. Ni hablar de la tercerización en varias secciones. ¿Asambleas? Gracias que de vez en cuando se les ve la cara a los delegados, cuando tienen que pasar algún informe del gremio o “pedirnos” el voto. En aquella época la oficina de personal sólo se pisaba para plantear exigencias, hoy es el lugar en que la Comisión Interna busca instrucciones. Y ya no es como entonces, hoy una voz rebelde es denunciada por los propios delegados generando el despido.
En los momentos más ásperos de la vida política en nuestro país los trabajadores respiraban libertad y sentían su fuerza como clase en cada espacio de sus lugares de laburo. Hoy, con 28 años de tránsito democrático el ámbito laboral se parece cada vez más a una cárcel y cualquier nivel de organización gremial independiente exige niveles importantes de construcción subterránea y clandestina.
El viejo Miguel cayó en la cuenta que los patrones nos van a regalar sin problemas las urnas cada dos años. Incluso están dispuestos a tolerar algún revoltoso en el parlamento, siempre y cuando puedan mantener con mano de hierro la fábrica. Saben que ahí se corta el queso, y por lo tanto no están dispuestos a permitir ningún espacio para la democracia y la libertad sindical.
Aquella mañana el viejo Miguel dedicó un último pensamiento a aquellos compañeros que ya no estaban y cerró la ronda con una invitación llamativa. Los invitó a seguir la charla con un asadito en su casa. Eso sí, les pidió que lo mantengan en secreto...


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¿Cómo seguimos adelante?


A principios del año destacábamos cómo el empresariado intentaba ponernos un freno en nuestros reclamos por mejores salarios diciendo que no estaban dispuestos a otorgar más que un 30% de lo que ellos llaman “aumento” y para nosotros no es más que tratar de recuperar un poco de nuestro poder adquisitivo. Y decíamos que los capos de las empresas le “marcaban la cancha” al gobierno, advirtiéndole que debía contener los reclamos gremiales. La presidenta se hizo eco de esa exigencia empresarial. Con su habitual e inteligente locuacidad, nos “recordó” todo lo que su gobierno hizo más que ningún otro por los trabajadores y, además, pidió que no cortásemos las calles. Los empresarios acusan al gobierno por la inflación y, como siempre, dicen que habrá más inflación si la recuperación de los salarios es más alta. Ellos aumentaron los precios de casi todo...¡y la culpa es nuestra!
El gobierno dice que no es cierto que haya inflación: “dispersión de precios”, “distorsión de precios”, “volatilidad de los precios”, una catarata de palabras para no llamar las cosas por su nombre: carestía de la vida.
Los directivos sindicales de casi todas las vertientes dicen y dicen muchas cosas, todos dicen que van a defender nuestros salarios...¿alguna vez han dicho lo contrario? La CGT pro-gubernamental que dirige Moyano dice que va a tomar en cuenta “la inflación de las góndolas” para pedir mejores sueldos. La CGT “azul y blanca” (la de los gordos contreras al gobierno como Barrionuevo y Venegas) dice que va a pedir más. La facción de la CTA pro-oficialista que dirige Yasky dice que va a exigir “mejor redistribución de la riqueza”. La facción de la CTA que dirige Miceli (antes oficialista, ahora no) se manifiesta por mayores reclamos.
Parecería que por todos lados tenemos directivos gremiales que son un fenómeno. Algo debe pasar, porque hace 8 años que la economía crece y crece y la desigualdad entre ricos-patrones y pobres-trabajadores sigue igual y en algunos casos, peor. ¿O es por casualidad que el tema central sigue siendo el de los salarios?

Pasan muchas cosas que son contradictorias. Las ganancias de la mayor parte de las empresas son tan o más fabulosas que en los años 90. Sin embargo, la mayor parte de las patronales agrarias, industriales y de servicios se quejan contra el gobierno que les facilitó esa recuperación. Atacan y conspiran contra el gobierno que les dio un tipo de cambio favorable para hacer “la diferencia”, les da subsidios multimillonarios en energía para abaratar los costos. La mayoría de los directivos gremiales que siguen haciendo negociados mafiosos con empresas propias, con las obras sociales, la truchada criminal de los medicamentos, apoyan al gobierno (y los que están en contra hacen lo posible para que vuelva el Duhalde de Menem y su festín de los 90).
Este año hay elecciones y todos hacen sus cálculos. El gobierno nacional y popular y progresista, tiene en su columna vertebral gobiernos provinciales reaccionarios como los de Scioli (Buenos Aires), Gioja (San Juan), Jaque (Mendoza), Urtubey (Salta), Capitanich (Chaco), Peralta (Santa Cruz), Saiz (Río Negro), Zamora (Santiago del Estero) y ...sigue la lista.
Sin duda, hay mucha confusión popular. Y eso se ve en nuestros lugares de trabajo. La mayoría ve que “el país crece” y quiere y reclama mejores salarios. Se queja del gobierno nacional, repudia su gobierno provincial, pero teme que si este gobierno se va, vuelvas los otros que son peores. La mayoría desconfía con razón en los directivos gremiales, pero teme que si los enfrenta queda marcada, expuesta a represalias físicas y laborales, incluso el despido.
Sin embargo, en muchos lugares vemos hechos que entusiasman. Pocas de estas luchas aparecen en TV o las publican los diarios. La esforzada lucha de los ferroviarios “tercerizados” para que los blanqueen, logró perforar el cerco de silencio porque fue reprimida con fuego por la burocracia-empresaria de Pedrazza y sus parapoliciales. Es un ejemplo bañado con sangre obrera que no debemos olvidar.
Pero hay muchos más ejemplos de compañeras y compañeros organizándose con paciencia, logrando elegir un delegado genuino, recuperando una comisión interna, creando una agrupación, consolidando una dirección sindical en una seccional o regional, haciendo capacitación, escribiendo volantes y pegando carteles, enfrentando patoteros, jefes y patronales, arriesgando su propia estabilidad.
Este es el trabajo de base que debemos reforzar cada uno en nuestros lugares. Muchas veces esta tarea se tranca o interrumpe porque la misma confusión que genera “la política” (la de burgueses, patrones y burócratas), y aparecen discusiones por diferencias de cómo actuar, diferencias de “líneas” y hasta debates disparatados por temas que, por muy importantes que sean – y lo son – desalientan y alejan a los compañeros. Otras veces las luchas se precipitan por impaciencia en acciones que no son favorables para consolidar y masificar nuestras luchas.
En este trajín estamos aprendiendo. En este camino está la huella para reconstruir un nuevo sindicalismo de base.


Abel Bo

miércoles, 13 de abril de 2011

LA INFLACIÓN DESDE UNA PERSPECTIVA CRÍTICA

Mendoza, 12 de abril de 2011


El debate en torno a la inflación gira alrededor fundamentalmente de dos posiciones. Por un lado, se encuentra la ortodoxia económica, gestora intelectual y práctica de todos los planes de ajuste aplicados en nuestro país desde 1976 a la fecha. Estos, atribuyen las causas del fenómeno inflacionario a las políticas fiscales y monetarias expansivas del actual gobierno. Por lo tanto, su propuesta de resolución de esta problemática parece sencilla: reducción del gasto público y políticas monetarias contractivas. En ambos casos el resultado es similar, menor consumo de los sectores populares e incremento del desempleo y la pobreza. Como ni siquiera se plantean objetivos de carácter redistributivo o tendientes a conseguir justicia social, sólo se pone énfasis en el control de la inflación. Del otro lado del ring, tenemos a los funcionarios gubernamentales y voceros mediáticos afines. Su argumentación es variada y se acerca un poco más que la anterior a procesos reales. Responsabilizan (con razón) a los grandes grupos oligopólicos que son formadores de precios de abusar de su posición dominante, nos hablan de un proceso de reacomodamiento de los precios relativos, e incluso adjudican al aumento en los precios internacionales de los alimentos un peso significativo como variable explicativa. Lo grave de toda esta argumentación es que, teniendo el control del aparato estatal, no presenten propuestas de política económica para atacar el problema. Son capaces de identificar a los responsables pero nada hacen en consecuencia o mejor dicho, legitiman las posiciones dominantes de estos grupos por medio de millonarios subsidios que para colmo poco contribuyen a frenar la inflación. Es nuestra intención presentar un tercer enfoque que reconoce como principal causa del proceso inflacionario en Argentina a la confrontación entre capital y trabajo y a la búsqueda constante de los primeros en aumentar su tasa de ganancia. Partimos de la base de entender que lo que explica el proceso de crecimiento posconvertibilidad es el notorio incremento de la tasa de ganancia de importantes sectores productivos. La devaluación, la pesificación de las deudas empresarias, y la reducción del salario real generaron ganancias extraordinarias en sectores exportadores, en empresas que forman parte de un incipiente proceso de sustitución de importaciones, y en los grandes grupos económicos que licuaron sus deudas y se beneficiaron del proceso de crecimiento. De hecho, según un trabajo de la Flacso de Pablo Stancanelli, la ganancia promedio del 2002 al 2006 fue del 35,8% contra el 23,9% de la época de la convertibilidad. La situación actual es diferente. La reducción del desempleo y los convenios colectivos de trabajo han producido una recuperación del salario real en los sectores formales y los ajustes que se vienen dando en el tipo de cambio son pequeños en relación a las expectativas empresarias. Por eso, el incremento de precios que producen los sectores del capital concentrado busca recuperar los niveles extraordinarios de ganancias del primer periodo kirchnerista. En función de esto último que decimos, creemos que tanto la propuesta ortodoxa como la oficial intentan convalidar este proceso de recuperación de la tasa de ganancia. La ortodoxia económica lo hace de manera más brutal y explícita. En cambio, los mecanismos del oficialismo son más sofisticados y complejos. Por un lado, la cooptación de casi la totalidad de la dirigencia sindical, busca poner un techo a la recomposición salarial. Por otra parte, se convalidan las ganancias extraordinarias de gran parte del capital concentrado por la vía de subsidios a cambio de aumentos de precios moderados de los llamados “bienes salario”. En otros casos, la inoperancia oficial para aplicar instrumentos regulatorios expone cierta aquiescencia frente a los aumentos de precios aplicados por los sectores oligopólicos. En conclusión, tanto la interpretación ortodoxa como la oficial son funcionales a los intereses de los grandes capitales en Argentina. En cambio, la visión crítica que estamos exponiendo supone necesariamente atacar este proceso con rígidos controles de precios, aplicación plena de una Ley de Abastecimiento, un sistema impositivo progresivo y un esquema cambiario que no convalide estos niveles de ganancias. Este planteo requiere también de la capacidad política de imponer estas medidas y unido a ello la convocatoria a la movilización popular no solo para sostenerlas sino también para garantizar las sanciones correspondientes para aquellos que no se atengan a las mismas.


Sergio Papi – Mario Lopez

Docentes de Mendoza

sábado, 9 de abril de 2011

Comunicado del Sindicato de Trabajadores del Subte

Pagados por UTA

El servicio subterráneo de pasajeros se vio afectado durante la mañana y la tarde de ayer por intereses personales de los trabajadores sindicalizados en UTA, los cuales presentaron una medida de fuerza sin el consenso de los trabajadores. Sin embargo la medida auspicio como un elemento de distracción social ante la situación del juicio que se le sigue a Pedraza por el asesinato de Mariano Ferreira. Los trabajadores afiliados a la Unión Tranviarios Automotor (UTA) llevaron a cabo una medida de fuerza durante ayer miércoles, que progresó desde el quite de colaboración hasta la declaración de un paro, con el apoyo claro de la empresa Metrovías, concesionaria del Subte, la cual no se preocupo en ningún momento de brindar servicio ante una huelga sin sentido. Como lo explicara Ariel Mastandrea (delegado de Agtsyp) fueron muy pocos los trabajadores que adhirieron a la protesta, sin embargo con que haya uno solo que demore en cada estación tiene un efecto directo en el Servicio, ya que todas las formaciones de trenes transitan por un solo circuito de vías. Ayer sucedió esto sin que la Empresa quite del servicio a las parejas que entorpecían el servicio. En horas de la tarde, el conflicto se agudizo ante escaramuzas y agresiones en Constitución cabecera de la C, aun que el Ministerio de Trabajo haya dictado la conciliación obligatoria desde las 15hs. Todos los trabajadores que trataban de interrumpir el servicio fueron terciarizados que el Cuerpo de Delegados que hoy forman Agtsyp, incorporo tras las luchas que protagonizara Néstor Segovia y Andrés Fontes en Diagonal Norte hace unos años atrás. Una situación de malestar general dominó a los trabajadores de base al ver que un pequeño grupo de exterciarizados “vendidos al mejor postor” respondían con insultos a Andrés Fontes, cuando intentaba abrir las puertas para que los pasajeros accedan al servicio libremente después del paro. Los mismos trabajadores que lloraron por pertenecer al grupo de los Metrodelegados. Como lo explicaran los delegados de Agtsyp a los medios "No están claros los motivos de la medida de fuerza, ellos dicen que es por la retroactividad de los viáticos, un tema que se viene discutiendo desde el año pasado, pero para nosotros esto tiene relación con el procesamiento de Pedraza. De cualquier modo, la media no tiene que ver con una reivindicación de los trabajadores".
Varón de Lis/ Secretaría de Prensa/ Agtsyp